viernes, 16 de diciembre de 2011

Reflexiones tras el incidente del tobogán...

Ayer, casi al final de nuestro encuento, se produjo el incidente en el tobogán...Ese choque de los 3 hombrecillos que jugaban en el tobogán. Mejor dicho, 2 de ellos jugaban y el tercero al no tener pista libre por parte de los otros 2 decidió abrirse camino entre ellos. Resultado, 2 hombrecillos llorando tras el golpe y uno "asombrado" por el incidente. Posteriormente llega la persona responsable del que se tiró del tobogán y empieza a montarle la bronca...y ese hombrecillo intentando justificar su acción.

Ya me diréis que a qué viene este comentario...la verdad es que me fui un poco avergonzada, sin saber realmente si mi manejo de la situación fue la adecuada. Y es que intenté explicar al que se tiró, que le entendía que él quisiera bajar del tobogán y que los otros 2 no le dejaban, pero que podría haber esperado a que se quitasen del medio sin golpearles...Con este comentario que le hice no me sentí mal, fue mi forma de hacerle ver que tenía más posibilidades...aunque en vez de dejarle a él pensar ahí estaba yo sugiriendo una solución...vamos, que tampoco creo que acerté al hacerle esa sugerencia...

Pero sobre todo me sentí mal, un poco culpable más bien dicho, cuando llegó el padre y al preguntar lo que ocurrió le conté que su hijo se tiró golpeando los otros 2...vamos, que me vi como ¡¡una chivata!! consecuencia, bronca para el hombrecillo, que creo que bastante tenía al ver a los otros 2 llorar...he estado pensando en cuál debería ser mi actuación ante ese padre, si con decirle que estaba todo solucionado sería suficiente (sin desvalorizar a los 2 que lloraban) o realmente lo que me salía decirle: es que tu hijo está sólo y sin atención de nadie, así que ha buscado la forma de buscar compañia o de que tú muevas el culo!!.

La verdad es que me resulta difícil actuar ante situaciones de que alguien pega a alguien porque en seguida me pongo en el lugar del golpeado, el que llora, olvidando que el que pega también tiene su razón, aunque igual no sea la forma más adecuada de expresarse.

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